martes, 5 de marzo de 2013

Los caminantes

Todos pensamos en zombis y nos equivocamos. Los caminantes no son zombis. O puede ser que los zombis no sean lo que pensamos y le damos un significado erróneo, una imagen errónea.
Los caminantes son los ancianos. Este es un país de viejunos, eso es una verdad como un templo. Ellos son los auténticos caminantes. Y deberíamos empezar a temblar, porque mantenerlos nos va a salir por un pico muy gordo. Nos van a absorver las entrañas, como buenos zombis que son. Viajan en hordas, destruyen lugares (véase Benidorm), se asientan en un sitio y es muy difícil sacarlos de allí, casi imposible. Ocupan todo lo que quieren y más. Se drogan contínuamente, llevan más química en el cuerpo que un ravero. Así están. Viejunos, drogados y medio p'allá.
Si cada vez hay más gente joven que huye del país buscando un futuro, y cada vez hay más parados, ya veremos cómo pagamos las pensiones de los caminantes. Nuestros caminantes, nuestros Walking Dead. Se ponen violentos sólo cuando les escondes las pastillas y les tocan la pensión. Vamos a morir, nos van a sacar las vísceras.
Se organizan en grupos y parecen inofensivos, pero si los ven... corran, no miren atrás.
Va a ser el apocalipsis zombi. Y estaremos aquí para verlo (desgraciadamente).

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