miércoles, 20 de febrero de 2013

El diablo, ese gran personaje

En la clase de hoy vamos a hablar de ese gran personaje conocido como Satanás. Es cierto que sale de la religión, sí. Pero darme una oportunidad, no voy a hablaros de religión. Antes me meto en la bañera con el secador enchufado. Además os va a gustar, tomároslo como que es un personaje de Spielberg, que sé que os mola. Satanás tiene infinidad de nombres, Belcebú, Lucifer, Belial, Satán, Leviatán... pero todos se refieren a lo mismo, es una manera de llamar al mal. 
Me gusta especialmente Lucifer, el portador de luz, el ángel caído, el divino tentador. Un nombre como muy de El señor de los anillos. Este... tío, por llamarle algo, era sabio y guaperas y estaba en el bando de los guays del instituto, pero se enfadó con el líder del grupo y se reveló contra él. Porque consideraba que, como era más de todo que nadie, tenía que estar por encima. Así que se consideró el enemigo y debe morir. Así, como resumen, esta es la historia. Mágica, no? Nada que ver con hoy en día. El chaval sería el portador de luz, pero muchas luces no tenía. Pero iba de listo, y algún rosco que otro se comió. Hay gente a la que encandiló con sus tonterías de pseudolisto guaperas. Os explicaré qué significa pseudolisto, palabro que me he inventado yo. Los pseudolistos son personas que por saber hablar, capacidad que tenemos los seres humanos (como aplaudir, que te lo enseñan y lo aprendes al año de vida) se creen que son super listos. Casi casi que se escuchan a si mismos y se corren porque se creen dioses. Esa gente, ya sabéis, ESA gente. En este país de lastimica hay muchos como Lucifer. La mayoría trabajan en lo mismo, bueno, trabajan... Hacen ver que trabajan. Gobiernan, mueven el dinero, tienen grandes empresas. Estafan a la gente, sin parar, sin reservas, a lo loco. Porque se creen mejores que nadie, más guapos, más sabios, más de todo. Y siguen ahí, como pseudolistos que son. 

Explicaré la historia de Satán con una metáfora de peli americana, así seguro que a todos os queda más claro. Satán quería ser cheerleader pero llevaba gafas, y todos sabemos que a la chica de gafas nunca la dejan entrar en el equipo (aunque, chatis, yo no quiero decir nada, pero ¿sabéis que existen las lentillas? Tontacas). También se le conoce como anticristo, porque no le gustaba el sistema de relaciones en el instituto y se sublevó contra el quarterback del equipo (y los que seguían al quarterback como corderillos). Todos sabemos que a la media hora de peli lo lincharán. Va a morir, socialmente y puede que también literalmente (hoy en día los adolescentes están muy mal). Al pobre portador de luz anticristo no lo quería nadie por pasarse de listo y querer ser el que manda y ordena. Eso a los seres humanos no nos suele gustar, que nos manden y ordenen. Y a los jóvenes americanos de instituto menos. Bueno, se ve que nosotros, los españolitos, podemos aceptarlo si nos lo venden como que nosotros elegimos a quién nos manda y ordena, pero así a las bravas, ni de broma.  

Belial es otro nombre que me encanta por su contenido metafórico en cuanto al significado: el de ganancias corruptas. Sí, sí, como lo leéis. El de ganancias corruptas. EL DE GANANCIAS CORRUPTAS. Es considerado el príncipe del infierno, como no podía ser de otra manera. Por lo que se ve, tiene muchos seguidores en este país de pandereta. En el infierno, que debe ser un bar clandestino y vip de Madrid, están todos juntos, revolcándose entre los billetes de los sobres que cobraban. Los titulares deberían compartir esta sabiduría con el pueblo. Hay Beliales en Españistán, corran, no miren atrás. Son todos unos hijos de Belial. Hay que decirlo más.  

Todas estas reflexiones me hacen pensar que el mundo es exactamente así, con corderillos y con guaperas que van de listos. Con los de las ganancias corruptas en sobres. Los demonios existen y no viven en la otra vida, no. Viven en este país, que cada día hace llorar a más gente. Blanco y en botella, pegamento. 

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